LA VERDADERA FUERZA


 
 Yo creo que, hoy en día, necesitamos una gran fuerza interior para poder desarrollar nuestras calidades y no sucumbir bajo los vientos contrarios de la incertidumbre, de la confusión, de la perdida progresivas del sentido de nuestras vidas.

Buscar la Belleza, para mí, es seguir buscando la verdad, permanecer fieles a la propia íntima naturaleza, luchar para no perder la propia autenticidad. Digo lucha porque sé que no es fácil, que el “no perderse” implica un esfuerzo cotidiano, una disciplina. Además reencontrarse de nuevo, después de haberse perdido, y permanecer centrados y equilibrados precisa una gran fuerza de voluntad.

La disciplina, palabra que en algunos ámbitos da miedo o provoca rechazo, porque viene asociada al sentido de limitar las “libertades personales”, es en realidad el principio fundante de cualquier logro personal. El significado etimológico de la palabra disciplina
(dal latino discere) es aprender, capturar…o sea representa el conjunto de nuestra disposiciones (y predisposiciones) para crecer en el aprendizaje, en el conocimiento. La mejor forma de disciplina que funciona en este sentido es la nuestra, libre e interior: sentir nuestras necesidades, que nos llaman a madurar cómo hombres y mujeres, y direccionar nuestras acciones y pensamientos diarios para querer aumentar nuestra belleza más verdadera.

Para todo eso se necesita la Fuerza.
¿Pero qué es la Fuerza?
Seguramente no voy a hablar de la falsa representación que continuamente, en distintos ambientes y países, se hace de ella. La verdadera Fuerza no se manifiesta a través de músculos hinchados y ostentados, ni con el acto de mover guerras o someter a otras personas. Todas estas cosas son más representaciones de la arrogancia, de la violencia y de la estupidez humana.

Yo considero que la verdadera Fuerza, la que puede mover montañas y realizar lo que todavía no se ha alcanzado, se basa en:

- No emprender el inútil,
- No emplear la mente en asuntos superficiales,
- No dispersar las propias energías en actos que no nos nutren sensiblemente,
- No sobrevalorar algo que no lo merece,
 -No subestimar algo que merece más atención y dedicación,
- Intentar no perder nunca nuestra lucidez para ponderar acción y reflexión,
- No dejar caer nuestros objetivos, a menos que no cambien de sentido durante nuestro recorrido.

Esta Fuerza nos ayuda a amantar de Belleza nuestros pasos en el mundo y nos permite enriquecer nuestras acciones, que resultarán en sintonía con las circunstancias del presente. Sea que se necesite aportar armonía en una situación u operar rupturas para despertar la conciencia hacia un sentido mucho más profundo de lo que normalmente se suele compartir.

Me gusta pensar a la Fuerza cómo a un…

rayo de sol que irrumpe en el océano y abre su potente corazón a las olas del destino

Termino haciéndome una pregunta:
¿Qué diferencia hay entre Energía y Fuerza?

Me contesto…

“Mientras que la Energía es pasear por la Vida, la Fuerza es la remada de la Vida”

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