HOMBRES QUE AMAN A LAS MUJERES - Parte 2: "En defensa del Amor Romántico"



En defensa del Amor Romántico

No entiendo como se pueda querer destruir al amor romántico, pintado a menudo en los últimos años como una ¡¡¡Dimensión de sumisión de la mujer al hombre!!!.
Creo de verdad que se está pasando el límite con argumentaciones que parecen perder un rumbo sensato. Pienso también que, en muchas reivindicaciones de este tipo, se desvalúa la fuerza y la capacidad de decisión y de acción que, a pesar de los contextos más o menos libres, han podido ejercer las mujeres…sobretodo en el campo amoroso.

Hablaré como hombre. De mi experiencia y de mi punto de vista como hombre.

Empiezo por una “aterradora” definición de Amor Romántico:
“El amor romántico es el sentimiento expresivo y generalmente placentero de una atracción emocional hacia otra persona.” (Wikipedia)

Me surgen continuamente ejemplos de actitudes románticas, experiencias vividas personalmente o en empatía con otros amigos, que considero fuentes de belleza humana, inspirada y movida por el corazón. De todo modo me fijaré en un único ejemplo, eje central y delicado de un proceso de enamoramiento, para intentar transmitir esa actitud romántica: La primera cita con tu deseada.
Coloco en el pasado el ejemplo, porque quiero destacar que ciertas actitudes, en muchos de nosotros hombres, vienen desde lejos a partir de la adolescencia. Aunque hoy en día a muchos nos gusta seguir viviendo el Amor en un sentido romántico.

La primera cita

Il primo appuntamento (en italiano) ha sido siempre una mezcla explosiva de emotividad, curiosidad, ardor, electricidad, riesgo y porque no…una cierta dosis de temor. Más la deseabas y más querías que todo saliera bien. La cosa más importante era cuidar los detalles. Porque de esto está hecho el maravilloso juego de la seducción. Intentábamos cautivar su atención, para sorprenderla…esta era la manera de transmitirle nuestra pasión y ganas de estar en una relación de amor con ella. Había detalles personales, secretos que cada chico guardaba con cuidado. Eran nuestros ases en la manga y no se podían revelar a los demás chicos. Claro, no íbamos a regalar nuestros caballos de batalla. Sin embargo había toda otra serie de detalles que a menudo se compartían, con la intención de dar sugerencias útiles al amigo infatuado a la espera de su primera cita.

- La moto, el lugar, la camiseta, el dinero:
Recuerdo perfectamente amigos que pedían el uso de una moto a otros para ir a recoger la chica a su casa, acompañarla en un lugar romántico y luego acompañarla de nuevo. La moto se limpiaba como nunca se había hecho. Muchos dispensaban consejos sobre lugares romanos infalibles  - hay que decir que Roma ayudaba mucho con su belleza - para fascinarla. Rincones donde poder enseñar un regalo, declarar unas frases poéticas…que muchas veces eran tomadas en préstamo del “poeta” del grupo de amigos. Para no fallar fundamental era la camiseta. Yo creo haber visto la misma camiseta pasar de chico a chico varias veces para servir al asunto seductivo. Claro, eran todos detalles sencillos, que para nosotros eran importantes tanto cuanto era verdadero el sentimiento que nos atraía hacia nuestra chica. También era muy común prestarnos, entre todos, el dinero necesario para poderla invitar a comer fuera, para poner la gasolina en la moto, para ofrecerle algo…

Todos los consejos y las ayudas, estaban enfocados en el deseo que todo le saliera bien a nuestro amigo enamorado de turno.

Nunca había vulgaridad, ni denigración, ni subestimación del papel de la mujer en esto, sino una forma de compañerismo, más bien dicho de amistad, con la que se intentaba cuidar meticulosamente cualquier aspecto de un “primer encuentro” emocionante. No sabíamos antes el resultado de esas citas. Era un Tú a Tú totalmente abierto, que no sabíamos donde nos podía llevar. Sin esquemas de acción a seguir (porque además todos los modelos fracasaban míseramente) sino la propia experiencia.

Esta forma de Romanticismo, este arte de cuidar todos los detalles de un encuentro con nuestras enamoradas, era una manifestación de belleza. Y continúo, hoy en día, a creer en esta dedicación al Amor. Pienso que es una manera de amar a una mujer que te penetra en el profundo, te enciende de vida, y te envuelve dentro de un beso mágico.

Unión total entre dos amantes.

Porque además considero que:

- Amar a una sola mujer es maravilloso y no es algo obsoleto, como alguien intenta pintar la relación  de amor entre dos personas
- Ayudar a una mujer y favorecerla en algunas tareas es un acto que viene del alma enamorada
- Abrir la puerta a una mujer es una acción amable y cariñosa de un hombre…que en ningún momento está pensando en una presunta debilidad de la mujer
- Pagar una cena a una mujer, si no se transforma en algo vacío e rutinario, es un gesto muy bonito, sobretodo si está agradecido por la mujer. Y cuando me ocurre de recibir el mismo gesto por una mujer se convierte en una sorpresa placentera (¡Pero no ideológica, por favor!) que enciende nuestra relación

Termino citando esta otra “ aterradora” definición de Amor romántico, que me entusiasma:
“Deseo de amar y ser amado hasta el infinito, como si dos personas fuesen dos en una.” (Definición ABC)

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