NO PERDAMOS LA FUERZA DEL ABRAZO - Conexión que ayuda a crecer




Cada día hay muchas fuerzas contrarias que miran a separar las personas. Destruyendo uniones, interrumpiendo relaciones de confianza. Por cierto hay situaciones en las que cortar una relación estancada es más vital que mantenerla en una muerte aparente y que separarse de algo que sentimos nocivo y debilitante es una decisión salvífica, que nos regenera en el cuerpo y en el alma. De todo modo hay un estado generalizado que considero muy peligroso, que mina una visión ponderada de las cosas y nos impide de ver al otro por lo que es en realidad: la Confusión.

La Confusión, el estado alterado que limita nuestra posibilidad de hacer orden y evaluar con equilibrio la realidad, es contagiosa. Se insinúa y penetra dentro, afectando nuestras consciencias. Ataca nuestra capacidad de razonar, hablar, actuar, como individuos libres. Corroe, poquito a poco, la fuerza de nuestra autenticidad. La belleza de nuestra visión única e independiente.

La Confusión, que se está generando hoy en día, lleva un peligro real: romper la conexión profunda entre hombres y mujeres, fuerza potente de crecimiento y evolución mutua.
El antídoto contra esta fuerza, que desorienta y separa, es la Claridad.

Decía el filósofo Raimon Panikkar , antes de empezar una de sus clases en Bologna (Italia):
“Intentaré ser lo más claro y sencillo posible. Porque considero que la Claridad es la cortesía del filósofo”.

Pienso que es muy importante, cuando afrontamos los fundamentales temas de justicia social o de condena de actitudes violentas entre hombres y mujeres, no caer en esquemas fáciles o paradigmas que ya tienen todas sus verdades internas, sin dejar espacio a la escucha real del otro que tenemos delante.

Para que sea claro:
El repudio de cualquier forma de sumisión, violencia, acoso, injusticia hacia las mujeres es un inevitable y necesario progreso de la humanidad. Camino compartido por hombres y mujeres.

Por otro lado:
Caer en el esquema reductivo, que se está difundiendo en varios ámbitos, de considerar al hombre como inevitable portador de machismo, en su hipotética y milenaria formación cultural, alimenta la confusión. Genera distancia y prejuicio hacia los hombres…sólo por el hecho de ser hombres.

Hay muchos hombres que no coinciden con este esquema, que no son machistas y que es justo verlos y escucharlos por los que son: individuos únicos y no prototipos.

Necesitamos mucha Inteligencia a la hora de reflexionar y traer conclusiones sensatas, para no perder la fuerza de nuestro abrazo - la conexión que nos ayuda a crecer.
Necesitamos mucha Claridad entre todos: la mujer clara puede ayudar al hombre que escucha de verdad y viceversa.
Y necesitamos sobretodo una potente Calma, estado del alma privilegiado que nos ayuda a no perder nuestro equilibrio.

Creo que es imprescindible, para avanzar juntos, no perder la conexión entre nosotros: la unión concreta y profunda que permite el fluir de la comunicación más nutriente.
Una conexión verdadera, sin filtros, máscaras u obstáculos.
Hombres y mujeres auténticamente presentes.
Necesitamos encuentros y diálogos libres de esquemas.
Polaridades diferentes que se relacionan, creando una diferencia de potencial (como los polos de una batería) que permite el fluir de una energía vital y benéfica.

Para no perder la fuerza de nuestro abrazo sirve mantener constantemente la Intención hacia la unión, el Valor de no perder la escucha de nuestro corazón, la Intimidad que nos permite tocar nuestra propia verdad.

Intención, Valor, Intimidad, son tres factores que nos ayudan a compartir la riqueza de nuestra humanidad más esencial.

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