NO PERDER EL TIEMPO, PORQUE EL TIEMPO ES VIDA

Sumergirse totalmente en la vida es nuestra posibilidad de aprovechar el tiempo que nos viene dado para hacer camino. ¿Cuál? El nuestro. Crecer, transformarnos, regenerarnos, madurar, convertirnos en hombres y mujeres llenos de fuerza, inteligencia, belleza. Es un recorrido que implica el descubrimiento, desarrollo e integración de las peculiaridades que tenemos: talentos o potencialidades como preferimos llamarlas.

Perder tiempo es desgastar las múltiples posibilidades de esculpir nuestra autenticidad. No se trata de afanarse, ni de agitarse en actividades. Ni “matarse” de meditaciones, disciplinas…No es un “plan externo” a nuestra consciencia, o una escuela de pensamiento a la que autorizamos vivir por nosotros, lo que nos puede ayudar en eterno para dar rumbo a nuestro camino. Puede servir en varias fases, pero todo esto no hace el trabajo único que es nuestra existencia.
Porque considero que nuestra capacidad de sentir lo que nos hace bien en el profundo, y actuar de consecuencia, es la clave de oro para que madure nuestra esencia especial.

Si, el tiempo es vida, el tiempo es oro.

El tiempo que tenemos es precioso.
La luz que podemos adquirir en nuestro andar es un tesoro a descubrir, frágil y maravilloso a la vez.

Es un Arte del Sentir.

No hay esquemas,
No hay paradigmas,
No hay ideologías,
No hay otro que pueda vivir para nosotros nuestra vida.

Sentir en cada instante lo que nos llena el alma es la propia Arte a desarrollar; para construir nuestra verdadera libertad.

Vivir la vida como una obra de Arte única e irrepetible.

¡Qué tengamos siempre la fuerza de…separar, dejar, interrumpir, ir, cambiar, mover, cerrar, transformar…todo lo que sentimos estancado, vacío, bloqueado, inútil, nocivo, absurdo!

Hagamos de nuestro tiempo una progresiva construcción de belleza.
Continuamente.